30.5.08

DIÀLEGS DE CORTESANS. Míting


PEP. ¿Sañor marqués? Soy el José Sifuentes.

MARQUÈS. ¡Caramba! ¡Albricias, Joselito, por tu triunfo en los Juegos Florales!

PEP. Mire, mai menos, que dasimos en dialecto.

MARQUÈS. Hombre, no me dirás que no estás satisfecho.

PEP. Es claro que sí. Hasta el profasor layó la poasía a clase.

MARQUÈS. Y ha tenido una amplia difusión, por lo que yo sé.

PEP. Sí, y el de cal Ros la ha puesto a intarnet y todo. ¡El infalís! Con la bola que me tiene, y aún me hase el favor de pubblisitarme. Ascuche, yo le llamaba por dasirle que le asparamos al míting del sábado.

MARQUÈS. ¿Organizáis un mitin?

PEP. Sí, a las antigas naves andustriales de Taxtil Basós.

MARQUÈS. No sabes cuánto lo siento. No podré asistir, ya que precisamente para esa noche me preparan un agasajo en el Círculo Ecuestre.

PEP. ¡Macáchum dena!

MARQUÈS. ¿Qué ocurre? ¿No tenéis suficiente público?

PEP. De momento hay asagurada la asistensia de siento sasenta tres militantes de los alradadores, pero nos faltan sammanatencos. Y ya me tiene raclutando parsonal.

MARQUÈS. ¿No prevéis que vaya a asistir nadie del pueblo?

PEP. Ahora por ahora sólo hay uno de saguro, que es el Visente Jaumarete. Pero éste no sabes nunca si viene como aspía, para llavar platetes a Convargensia, o si tan sólo es por la manduca. Él llega, da un golpe de ojo a la sala, se acuesta al mostruario de picapicas y si ve un buen rapartorio se queda, y, si no, gira cola.

MARQUÈS. ¿Por qué no invitas a los militantes locales?

PEP. Huy, es que al Manolo Carbonero, al Juan Charrapeta o al Santi Vasino no los goso llamart, porque si los convidaba a la major me clavarían un miguel. Y a los del Diario de Sammanat tampoco, viendo cómo me tratan en su güep.

MARQUÈS. ¿No dicen que es un órgano plural e independiente?

PEP. Sará indapandiente de mí, porque ahora todos se me han mansipado.

MARQUÈS. ¿Tan mal anda el partido aquí?

PEP. Parese Godoma y Salmorra. Ahora mismo acabo de llamart al Juan Haradera, y también me sale con la ascusa de que tiene un compromiso.

MARQUÈS. Oye, que lo mío no es ninguna excusa.

PEP. Por supuesto, sañor marqués, ya me hago cargo. Yo lo digo por los que me tocan de serca. Ya haremos vanir gente de peso, de la misma manera que los de Convargensia, cuando organisan un acto, sacan el sancristo grueso, como el Gaspar Ticó y otras hierbas. ¡Pero, hombre, por lo menos que los afiliados locales se dejen vert!

MARQUÈS. Ya verás cómo comparecerán. Y, en resumidas cuentas, ¿en qué va a consistir el acto?

PEP. Bueno, nosotros aplicamos la fórmula Tamístocles.

MARQUÈS. ¿La qué?

PEP. Aunque parese el nombre de un político griego, son las primeras sílabas de una aspesie de cóctel. Ta quiere dasir tabarra, que son los discursos y estas cosas; mis, mistela; to, tocada de música y bailoteo; y cles, clespejos, que son unas pastas dulses para acontantar la cliantela.

MARQUÈS. Buena idea.

PEP. Es la doctarina amanisada con baile y piscolabis. Nuestros abuelos ya dasían que la letra con sangre entra, y nosotros hemos asparimantado que es totalmente sierto, siempre y cuando la sangre sea de toro.

MARQUÈS. En fin, que os vaya todo bien.

PEP. Esto pracuraremos.

MARQUÈS. Y no desfallezcas, hombre, que te veo algo proclive al desaliento. ¡Arriba esos ánimos!

PEP. Grasias, sañor marqués, grasias.

MARQUÈS. Hasta otra, pocholo.