28.6.08

DIÀLEGS DE CORTESANS, amb una cortesana entremig


MARQUÈS. ¿José?

PEP (estrafent la veu). Hmmmmm. Momento.

(Dos minuts més tard.)

SECRETÀRIA. ¿Digui?

MARQUÈS. ¿Don José Cifuentes y Heredia de Salazar?

SECRETÀRIA. No hi és. ¿De part de qui?

MARQUÈS. ¿Cómo dice?

SECRETÀRIA. Que no está. ¿De parte de quién?

MARQUÈS. De don Joaquín, marqués de Sentmenat.

SECRETÀRIA. No va a estar en toda la semana.

MARQUÈS. Pero ¿no ha sido él quien ha contestado al teléfono?

SECRETÀRIA. Se equivoca: era el conserje.

MARQUÈS. ¡Pero si he marcado el número de su despacho!

SECRETÀRIA. Sí, sí, claro, esto no se lo niego, pero era el conserje, que estaba en su despacho quitando el polvo.

MARQUÈS. Oiga, aparte de que le he reconocido la voz, sepa que los conserjes, por más que estén en el despacho de un jefe quitando el polvo, no descuelgan el teléfono.

SECRETÀRIA. Bueno, es que el que tenemos aquí es algo especial, porque se trata de un alto cargo ahora jubilado y que para redondear la pensión hace este trabajo suplementario. Como usted comprenderá, es una persona de toda confianza y revestido de plena autoridad para descolgar teléfonos.

MARQUÈS. Es una explicación abracadabrante.

SECRETÀRIA. Será todo lo abracadabrante que usted quiera, pero así es.

MARQUÈS. Dígale que se ponga al aparato.

SECRETÀRIA. ¿Quién, el conserje?

MARQUÈS. No: José.

SECRETÀRIA. Que diu que t’hi posis.

PEP. Sí, oi. Després del moc que em va fotre la setmana pasada... L’hi diré tot a la Fransuàs, ja vorà.

SECRETÀRIA. Que dice que se lo va a contar todo a Fransuás, ya verá, ya.

MARQUÈS. Ah, pues que le dé recuerdos de mi parte.

SECRETÀRIA. Que diu que li donguis records de part seva.

PEP. No, si a sobre encara se’n fot.

SECRETÀRIA. Dice que encima aún se recochinea.

MARQUÈS. ¿Qué tengo que hacer para que me perdone?

SECRETÀRIA. Que diu que a vere què ha de fer perquè el perdonis.

PEP. ¡Que què ha de fer! ¡Que se’n vagi a parir panteres, això és el que ha de fer!

SECRETÀRIA. Josep, però és que dius unes coses que no les puc traduir.

PEP. ¿I per què has de traduir res, tu? Enraona-li en català, dona. ¡Sempre hem de ser nosatros els d’afluixar! ¡Si no t’entén, que el bombin! ¿No veus que aquest és un collons de botifler?

MARQUÈS. No hace falta que usted me lo traduzca porque lo he captado todo.

SECRETÀRIA. Llavors, ¿jo que haig de fer? És que estic entre dos focs i rebo de banda i banda.

MARQUÈS. Por favor, señorita, dígale que se ponga al aparato.

PEP. ¡Que no, que no i que no!

SECRETÀRIA. Diu que no, que no i que no.

MARQUÈS. Hala, Pepito, no seas así. Simplemente el otro día pequé de sincero. Señorita, hágame caso: póngale el aparato al oído, que voy a susurrarle un par de palabras conciliadoras.

SECRETÀRIA. Jo ja no sé a qui haig de creure. Au, Josep, sisplau, posa-t’hi.

MARQUÈS. Joselín, no te lo tomes así, hombre. Mira, en cuanto nos veamos voy a comprarte un helado de tres bolas, ¿te parece?

PEP. ¿I ara què busca, vostè?

MARQUÈS. Que hagamos las paces, nada más que esto.

PEP. Es que el otro día me ofandió mucho.

MARQUÈS. Pues retiro lo dicho y ya está.

PEP. ¿Y qué aspera de mí?

MARQUÈS. Que no me dejes en la estacada, José, que soy hombre al agua. ¿No estás al corriente de lo que traman contra mí?

PEP. Sé cuatro vagadades.

MARQUÈS. Existe un complot para abolir los censos. ¿Te parece poco?

PEP. El otro día me la hiso muy gruesa.

MARQUÈS. Por lo que más quieras, ayúdame. No les basta con la ley de la memoria histórica, que ahora organizan una fiesta del buen recuerdo. Tienes que jurarme fidelidad.

PEP. ¿Yo a ustet?

MARQUÈS. Pues claro. No va a ser yo a ti. Anda, coge una biblia.

PEP. Pero si aquí no gastamos bibblias de ninguna clase.

MARQUÈS. ¡Habrase visto! ¡Una sede oficial del gobierno y no tener biblia! Bueno, pues coge un sucedáneo.

PEP. ¿Y qué es un susadáneo?

MARQUÈS. Pues algo que equivalga a una biblia. ¡Si serás zoquete!

PEP. Voy a ver si por allí sircula alguna cosa que haga el hecho. Un sagundito, ¿eh, sañor marqués? (Al cap de tres minuts.) Mire, lo único que he podido ancontrart es una hoja diosasana que la Jartrudis llavaba al bolso.

MARQUÈS. Déjate de zarandajas y atiende a mis instrucciones. Híncate de hinojos.

PEP. ¿El qué?

MARQUÈS. Que te pongas de rodillas.

PEP. ¿Y a dónde voy a irt a buscart un raclinatorio?

MARQUÈS. ¡Que te pongas de rodillas, he dicho!

PEP. Bueno, bueno, calma. Ya me tiene de rodillas.

MARQUÈS. ¿Estás dispuesto? Empecemos, pues. Abrenuncias Satanae?

PEP (silenci).

MARQUÈS. Venga, di “abrenuncio”.

PEP. Abernuncio.

MARQUÈS. Et omnibus operibus eius?

PEP (nou silenci).

MARQUÈS. Di “abrenuncio”, hombre.

PEP. Abernuncio.

MARQUÈS. Et omnibus pompis eius?

PEP. Mire, sañor marqués, yo esto no lo veo nada claro.

MARQUÈS. ¿No dijiste que en latín ibas muy aventajado?

PEP. Sí, pero esto del pompis aún no me ha salido, y, no sé, me hase muy mala aspina todo esto. Me pienso que ustet se propone ajarsert el darecho de cuja sobre nosotros los machos.

MARQUÈS. ¡Di “abrenuncio” de una maldita vez!

PEP. Bueno, hombre, bueno, ya abernuncio.

MARQUÈS. Acabas de sellar conmigo un pacto de vasallaje que no podrás romper so pena de lesa majestad y alta felonía. Cuidadito con tus insurrecciones, monín. Hasta la próxima. (Clic.)

PEP. ¡Ay la madre del Tano! ¿Dónde me he matido, ahora?

20.6.08

DIÀLEGS DE CORTESANS. Els plats pel cap


MARQUÈS. ¿José?

PEP. Dígame, sañor marqués.

MARQUÈS. Perdona que me haga pesado, pero acabo de leer en vestra web el artículo titulado “Oposición de la oposición” y no he podido contenerme. Vais por muy mal derrotero.

PEP. No tire andirectas, que ya veo por dónde va. Ustet quiere rafragarme por los morros la darrota que tuvimos a las munisipales.

MARQUÈS. No, si me refiero a la deplorable impresión que dais con vuestros escritos. En este que ahora te comento, justo en el primer párrafo, ya empezáis con una frase inconclusa.

PEP. ¿Y esto qué es?

MARQUÈS. Pues una frase que empieza pero no termina, que se pierde a medio camino.

PEP. Es que, sañor marqués, tiene de haserse cárrago que con este gobierno de darechas no damos abasto: cada ves que nos raunimos se nos gira una pila de faena y plagamos a las tardientas. Por esto, cuando la ajacutiva de Barsalona nos dio un golpe de mano poniendo a nuestra disposisión el Harmanagildo, dijimos a bodas nos convidas. Pero ahora, por lo que ustet me cuenta, ya veo que esto no va latín.

MARQUÈS. Tenéis que hacer un viraje radical.

PEP. Me han dado rafarensias de un técnico muy bueno que se dise Matías Galí, pero yo, como que ya astoy ascarmantado, tengo miedo que no me salga llueca. ¿Ustet sabe si es de fiart?

MARQUÈS. No me suena de nada.

PEP. A mí me lo han ponido por los núboles. Pero es aquello que dises: ¿y si te sale invartido?

MARQUÈS. ¿A un homosexual quieres poner? Ni se te ocurra, ¿eh?

PEP. No, que digo que mucho Matías Galí y a la majort al final rasulta un Galí Matías, todavía paor que el Harmanagildo. Te ancarranquinan una arracada de éstas y quedas bien sarvido. Ascuche, pansándolo bien, ¿a ustet no le intarasaría ser nuestro asasor político?

MARQUÈS. No sé, voy a consultarlo con la almohada.

PEP. Hombre, sañor marqués, esto es una abajada garrafal de pantalones. Yo no soy chanófabo, pero ustet que sus antapasados lavantaron un castillo para luchar contra los moros, que ahora me venga con que tiene de consultarlo con una almohada, ¡esto ya es el acabosa!

MARQUÈS. Pero ¿qué te crees tú que es una almohada?

PEP. Pues una aspesie de mora.

MARQUÈS. Quita, hombre. Es un cojín.

PEP. ¿Un cojín? ¿Como estos que yo hago sarvir para aposantar mis ratrancas?

MARQUÈS. Anda, no seas grosero. Es un oreiller, que decís en francés.

PEP. ¿Un oreiller?

MARQUÈS. Consultar algo con la almohada significa reflexionar detenidamente sobre un asunto.

PEP. Así, viene a ser lo mismo que en dialecto dasimos dormir-hi. Es la manera de raflaxionar que a mí más me agrada.

MARQUÈS. Pero es que vuestro problema es grave. Todo vuestro discurso es una sarta de contradicciones que no cuelan.

PEP. Deme ajemplos, a vert.

MARQUÈS. Echáis en cara a este gobierno el que haya encargado un estudio sobre la viabilidad de la residencia de ancianos en..., ahora no recuerdo el nombre.

PEP. Sí, a cal Millonario. O a cal Dalmasio, como disen algunos.

MARQUÈS. Y vosotros insistís en que debe hacerse en...

PEP. A Can Parico, sí.

MARQUÈS. Y no paráis de repetir que variar de planes es derrochar el dinero. ¿Pensáis armarla gorda por ello?

PEP. Mire si sará gorda que ya hemos bautisado el paraje como Can Parico de los Palotes, como si fuese la de San Cantín. Y prasisamente astoy ascribiendo un artículo insandiario que se titula “¡Más madero, que es la guerra!”.

MARQUÈS. Y cuando tú encargaste aquella maqueta de la residencia en el Padrón sólo para ganar las elecciones, ¿eso no fue tirar el dinero por la ventana?

PEP. Esto lo ha sacado de un ascrito del Rubio.

MARQUÈS. No sé, no lo recuerdo, pero...

PEP. A mí ya me sube la mosca a la narís, con el Rubio este. Mire si es mala pécora que mis abogados astán astudiando si le ponemos una carella. Le caerá el poco pelo que tiene y se va a antarar de lo que vale un peine.

MARQUÈS. ¿Va a salirte a cuenta enzarzarte en pleitos?

PEP. Ya lo sé: tantas cabesas, tantos sombreros. También hay compañeros del partido que me aconsejan que haga como aquél: “Por aquí me entra, por aquí me sale y por aquí...” Y suerte que ustet no ve a dónde me asañalo.

MARQUÈS. En definitiva, esto es un asunto que os concierne a vosotros. Yo lo que intento decirte es que vuestra credibilidad está por los suelos, porque una cosa es predicar y otra dar trigo. Como cuando acusáis a los convergentes de contratar a personas allegadas o del partido. Pero ¿es que no te acuerdas, mastuerzo, de que el primer enchufado en el ayuntamiento democrático fue tu padre?

PEP. ¡Pssssssssst! ¡No habble tan alto, que nos santirá todo el mundo!

MARQUÈS. Pero si eres tú quien grita ahora.

PEP. Porque ustet me hase salfurart.

MARQUÈS. Total, que uno que ha ejercido el nepotismo y el clientelismo por sistema no es el más indicado para censurarlo.

PEP. Ya veo que hase como los otros, que se han confabulado contra mí para atacarme de todas bandas.

MARQUÈS. Es que os lo ganáis a pulso, caramba. Y otra cosa: veo que os referís con cierto retintín a la política cultural del nuevo gobierno. ¿Por qué no contribuyes tú a enriquecerla con aquellas famosas charlas que dabas en la biblioteca?

PEP. ¿Quiere dasir cuando habblaba de las novelas del Pabblo Austero?

MARQUÈS. Exacto. ¿Cómo es que las prodigabas tanto durante la precampaña electoral y ahora has enmudecido de repente?

PEP. Ustet ya no es el de antes, sañor marqués.

MARQUÈS. Hablas también de...

PEP. Habblas, habblas... Ascuche, que en el partido somos yo y much...

MARQUÈS. Vengo observando que siempre pones el yo por delante. ¿No sabes que esto es de muy mala educación?

PEP. Ya parcuraré raformarme. Bueno, pues somos yo y muchos otros y muchas otras militantes y militantas. Por sierto que en las pasadas alacsiones janarales sacamos mil y tantas paparetas a favor nuestro.

MARQUÈS. Sí, y le recrimináis a CiU que oculte los datos. Pero vosotros hacéis otro tanto cuando los resultados os son desfavorables. Por ejemplo, por lo que atañe a la cosecha de votos que obtuvisteis en las municipales pasáis como sobre ascuas.

PEP. ¿Se nos ve damasiado el latón?

MARQUÈS. ¿A ti qué te parece? Bueno, pues antes de que me interrumpieras iba a decirte que denunciáis las ausencias demasiado prolongadas que hace el personal de la plantilla municipal para desayunar. Esto es una nimiedad, comparado con...

PEP. Es claro que sí. Y lo mantengo.

MARQUÈS. Pero si cuando tú eras alcalde compaginabas otros dos cargos con tu horario de trabajo. E incluso me han dicho que disponías de chófer particular, que casualmente era el mismo que colocaste como secretario tuyo en el ayuntamiento.

PEP. Esto son anraonías que no tienen ningún fonamento.

MARQUÈS. Luego señaláis el afán de protagonismo de los gobernantes actuales. ¿Te has mirado alguna vez al espejo?

PEP. ¿Por qué?

MARQUÈS. Porque tú salías diez y doce veces fotografiado en un mismo número del boletín municipal. Y, en otro orden de cosas, me han comentado a menudo que en aquellas excursiones que organizaba el Imserso tú te presentabas un día en donde fuera, en Valencia o en Fuengirola, para compartir una cena con los jubilados y largarles un discurso de los tuyos. Hombre, si esto no es afán de protagonismo...

PEP. No sañort, es afán de astart en compañía de mis consiudadanos, que es muy difarente.

MARQUÈS. Hasta fechas recientes, en la web del PSC de Sentmenat figuraban como únicos cargos José Vilaró y Françoise Domínguez. ¿No sois tú y tu mujer?

PEP. Glups.

MARQUÈS. Y esto a ti no te parece afán de protagonismo.

PEP. ¿Sabe qué? Giremos hoja.

MARQUÈS. Yo creo que, por el bien de vuestra formación, conviene que te retires. Ya va siendo hora de que procedáis al relevo. Desde el advenimiento de la democracia, no has sacado los pies del ayuntamiento.

PEP. Por aspiritu de sarvisio.

MARQUÈS. Pero el votante conoce el paño y no es tan pazguato como para dejarse atrapar en vuestras redes.

PEP. ¿Qué, ya hase como el Rubio, que me trata de llagasta?

MARQUÈS. Oye, no sé quién es ese Rubio ni me interesa. Si te hago estas consideraciones es por tu bien, no para chincharte, ¿me entiendes?

PEP. Ustet me quiere jubilart antes de hora. Mire, yo soy sosialista hasta el muelle del hueso y esto del ajarsisio político lo llevo a la masa de la sangre.

MARQUÈS. ¿Es que no te das cuenta de que por este camino no vais a recobrar nunca más el poder?

PEP. Todo se hará a su dabido tiempo. Para que se ampape, ya astamos maquillando, como quien dise, el Pedro Castilloviejo, que ahora es sagratario janaral, para cuando tenga de salirt en púbblico como cabesa de lista de nuestra formasión. Pero, la vardat, nunca me hubiese asparado de ustet una puñalada como la que hoy me ha clavado.

MARQUÈS. Bueno, ¿hacemos las paces?

PEP. ¡Es que me ha dicho de muy gruesas!

MARQUÈS. Firmemos el armisticio y no se hable más. Venga, chócala.

PEP. No, si hoy ya hemos chocado damasiado.

MARQUÈS. ¿Amigos como siempre?

PEP. ¡Ay Sañort: hemos vanido a este mundo a padasert!

MARQUÈS. Ya verás cómo mañana se te habrá pasado el enfado. Adiós, y que descanses. (Clic.)

PEP. Que en pas dascanse, ha carido dasirt.

13.6.08

DIÀLEGS DE CORTESANS. Trifulgues periodístiques


MARQUÈS. ¿José?

PEP. Hola, sañor marqués.

MARQUÈS. Perdona que el otro día te colgara el teléfono tan de sopetón.

PEP. Es que me daspachó a la fransesa, ¿eh?

MARQUÈS. Me reclamaban por el otro teléfono. Oye, ya he dado un vistazo a vuestra web.

PEP. ¿Y qué le ha parasido? ¿Eh que nos ha cadado chuli?

MARQUÈS. No está mal. Veo que incluso tenéis un foro, con una zona de reflexión sobre lo divino y lo humano...

PEP. Hase pachoca, ¿no? Es un similar como instalarse al hotel y que te ofrescan una sauna.

MARQUÈS. De todas formas...

PEP. ¿El qué?

MARQUÈS. Pues que..., ¿cómo te lo diría yo?..., que tiene sus peros. Si aceptas un consejo mío, no os metáis en honduras.

PEP. ¡Qué Honduras ni qué Tagusigalpas! Nosotros aquí sólo valamos por el bien y la posparidat de los siudadanos, que se rasume y compendia en Libarté, Agalité y Fratarnité. Ya sé que a ustet esto le puede contrariart, pero los prinsipios son los prinsipios.

MARQUÈS. No, si a mí, mientras no me toquen el cobro de censos...

PEP. ¡Qué cosas de dasir, sañor marqués! Los prinsipios pueden ser los prinsipios, pero los sensos de ustet no se los va a tocar nadie. ¡Hasta ahí podíamos llagart!

MARQUÈS. Ah, ya he observado que con esta frase me hacéis un guiño.

PEP. ¿Se ha dado cuenta, pues?

MARQUÈS. Hombre, uno no deja de ser avispado. Te llamo porque encuentro que tendríais que reformar algunas cosas. Por ejemplo, decís que vuestro órgano informativo tendrá periodicidad bimensual. Esto me sorprendió. ¿Sois conscientes de lo que significa el término?

PEP. Hombre, esto lo sabe hasta el gato de casa.

MARQUÈS. Tu gato tal vez sí, pero tú... ¿De veras que va a salir dos veces al mes?

PEP. ¡Apa aquí! ¿Que se piensa que tanemos diarreya mantal?

MARQUÈS. Pues bimensual significa precisamente esto.

PEP. ¡Y ahora! Pero ¡qué dise!

MARQUÈS. Tal como lo oyes. Debíais haber puesto bimestral.

PEP. ¡Ya me la han fraído otra ves! ¡Es que no me puedo rafiar de ninguno! De saguro que es el camándulas del Harmanagildo.

MARQUÈS. No sé quién es ese sujeto.

PEP. Uno que domina el güíndous y se ancarga de la radacsión. Como que todos astamos atrafagados, el partido nos pone a disposisión un aspasialista en informática. Pero lo que es éste nos monta cada sidral que hase frialdat.

MARQUÈS. Bueno, que no cunda el pánico. Pero tenéis que esmeraros en transmitir buena imagen; de lo contrario vais a convertiros en el hazmerreír de todo el mundo. Ahí tienes un detalle que ya apuntaba vuestro amigo Florencio...

PEP. ¿El Florensio, amigo nuestro? ¡Ni habblart!

MARQUÈS. Bueno, será lo que quieras, pero señalaba que no hay ni un solo artículo que vaya firmado. Y llegáis al extremo de... Mira, sin ir más lejos, el titulado “Lecciones de democracia” es un cúmulo de barbaridades. Para empezar, está plagado de mayúsculas: que si Señores, que si Señoras, que si Socialistas, que si Sentmenatenses... Y lo más curioso es que esto mayormente ocurre con la ese inicial. Parece el complejo de la serpiente, que era enana y alzaba la frente. Pues bien, en medio de tanta mayusculitis, por dos veces escribís convergencia y unión con minúsculas. ¿No será que queréis hacerlos pasar por las horcas caudinas?

PEP. ¿Por las qué?

MARQUÈS. Bueno, tú lo llamarías “el adrasadort”. Pero prosigamos. Luego os quejáis de que Convergencia os llame “los señores del PSC, con un claro desprecio hacia las señoras del PSC”, apuntáis vosotros.

PEP. Y es claro que sí. Esta tal Nuria Palomart es una machista. Parese mantida que haga de comadrona de mujeres.

MARQUÈS. Pero es que pocas líneas más abajo vosotros mismos ponéis “los socialistas del PSC de Sentmenat”, con lo que excluís a las socialistas. ¿No te das cuenta, zoquete, de que impones a los demás una norma que tú eres el primero en incumplir? Además, os estáis echando piedras sobre el propio tejado. A ver si las militantes se os sublevan.

PEP. ¡Ay si se antera la Fransuás, ella que es tan faminista! Es capás de dárseme de baja del partido.

MARQUÈS. Oh, y la cosa no para ahí, porque con eso de “los socialistas del PSC” parece que dais a entender que también puede haber socialistas de CiU.

PEP. ¡Mire que se lo tengo dicho, al Harmanagildo: “Pone los sinco santidos en lo que hases, no nos hagas cadar como un trapo susio”! Pero, nada, ya veo que es picar hierro frío.

MARQUÈS. Y además, lo que te comentaba hace un momento: en este mismo artículo anónimo se os desliza un “estoy seguro”.

PEP. ¿Y qué mal hay?

MARQUÈS. Pues que es como si ahora recibiera una llamada telefónica y al preguntar quién es me respondieran: “Yo.” A ver, ¿quién es ese yo?

PEP. ¡Harrrrrrrrrmanagildooooooooooooooo! ¡Lo voy a astrangulart!

MARQUÈS. Bueno, no te sulfures, hombre. Pero al menos haz propósito de enmienda. Huy, suena el otro aparato. Adiós. (Clic.)

PEP. ¿Sañor marqués? Ya me ha volvido a colgart. ¡Vatúa el hombre! Y yo aguantando el cháfago, como el manchero.

6.6.08

DIÀLEGS DE CORTESANS. Èxit espaterrant


PEP. ¿Digui?

MARQUÈS. Oye, se ve que yo ya no cuento para nada. No te has dignado llamarme para ponerme al corriente de cómo se desarrolló el evento.

PEP. Ya me dispansará, sañor marqués, pero es que astoy astanuado: toda la sammana que voy de bólido, con el ajatreyo de las rauniones y dalibarasiones por sert a tiempo de proponert ammiendas parsiales a la ponensia congrasual del partido.

MARQUÈS. ¿Y qué enmiendas tenías tú que proponer?

PEP. Las que garantisan el darecho de raprasantasión.

MARQUÈS. ¡Cómo! ¿No tenéis reconocido este derecho?

PEP. En taoría sí, pero cuando te lees la letra manuda ves que se dejan lo más fonamantal.

MARQUÈS. ¿En qué consiste?

PEP. Pues es muy sansillo: yo que me he prasantado varias veses por arcalde, me considero con darecho a raprasantarme una ves más.


MARQUÈS. Ah, esto tiene que ver con el mote que te colgaron del Repitolete.

PEP. Tontarías. Y el darecho a formar grupos musicales tampoco astaba racogido, y hemos tanido de ravandicarlo nosotros.

MARQUÈS. ¿Y para qué va a haber conjuntos musicales en una formación política?

PEP. Porque si me salen unos dasmandados que me ascridasan como al Rajoy, por lo menos que yo pueda contrarrastarlos con un aquipo de hinchas. Ya desde ahora, y medio de amagatotis, astamos formando un conjunto de mariachis que saldrán a cantarme el “Jalisco, no te rajes”, en caso de nasasidat.

MARQUÈS. Estás en todo, ¿eh?

PEP. Hombre, bade.

MARQUÈS. Yendo a lo que iba, ¿qué tal vuestro mitin?

PEP. Ah, fanomanal.

MARQUÈS. ¿Hubo personalidades de peso?

PEP. La flort y nata. Y, ahora que habblo de la flort y nata, hasta vino el consajal de Cultura de Trampanillo para antragarme parsonalmente la flor marsida. ¡Tuve una alagría...!

MARQUÈS. Estaría ya, la pobre...

PEP. Hombre, me la llavaron disacada, a fin y afecto de franart el proseso de dascomposisión.

MARQUÈS. Entonces, ¿acudieron peces gordos?

PEP. Gordos, gordos..., dapende de cómo se lo mire. El prasidente Montilla hiso acto de ausensia, porque tanía un compromiso indaclinabble con un ambajadort. El Narsiso Sierra tampoco no pudo comparasert. Es claro, cuando tiene de alagirt entre Caja o faja, ya se sabe que se queda con la primera.

MARQUÈS. Pero ¿qué personajes de relieve asistieron?

PEP. Mire, el Bustos, por ajemplo. Prasisamente le dije que ustet no podía asistir porque a aquella hora le hasían un homanaje al Acuestre. Y él lo comparó con el Sit Capayadort.

MARQUÈS. ¿A mí o al Ecuestre?

PEP. A ustet, por dascontado. Al dasirle que ustet se hallaba al Acuestre le vino a la mamoria aquel verso que hase así: “Polvo, sudort y hierro, el Sit cabalga.” ¿Eh que es una buena ocurrensia?

MARQUÈS. No, si al final haremos buenas migas con ese Bustos. Así que estás satisfecho de como os fue todo.

PEP. Un axitaso apabullante de púbblico. ¿Sabe que le dasía que contábamos con siento sasenta y pico de parsonas? ¡Pues pasaban de tresientas! ¡Ma, qué jantada!

MARQUÈS. Y respecto al contenido, ¿qué?

PEP. A la hora de los parlamentos, yo antré a la carga contra Convargensia por la récula de incumplimientos que lleva acumulados. Daspués prasantamos el númaro sero de nuestro pariódico sibarnético. ¿Lo ha vasitado ya?

MARQUÈS. No.

PEP. Pues no sabe lo que se pierde. Canela fina, ¿eh?

MARQUÈS. ¿Cómo se titula?

PEP. ¡Aquí Astamos!


MARQUÈS. No me convence. Yo hubiera preferido ¡Hasta Ahí Podíamos Llegar! Es más rotundo, a la par que mucho más elocuente. De todos modos, miraré de echarle una ojeada.

PEP. Bueno, la cabasera es en catalán, pero el resto se antiende.

MARQUÈS. No hay problema. Ah, ¿y qué tal el asistente aquel de Sentmenat?

PEP. Huy, me amargó la fiesta.

MARQUÈS. ¿Y eso?

PEP. Como que siempre astá con sus rodolines, viene disparado a mí y me aboca: “El senyor Vilaró dos té ben plena la senalla, i ara que s’ha fet famós es posa a jeure a la palla.”

MARQUÈS. ¡Vaya mentecatez!

PEP. Era eso que disen un bombón anvaranado. Ya de antrada, lo del Vilaró dos iba con sagundas, porque rasulta que a Sammanat hay otro José Vilaró y a mí me trataba de sagundón. Se ve que ancontró que el picapica era magro y se vangó de esta vil manera. ¡Es muy de dasagradasido esto de morder la mano que te da de comert!

MARQUÈS. Olvídalo. El caso es que, dejando aparte este minúsculo contratiempo, todo os salió a pedir de boca.

PEP. Sí; pero, quieras no quie
ras, estas cosas te mortifican, y cuando llagué a casa aquella sátira del Visente aún me tanía ancaparrado. Suerte que la Fransuás, con su tacto aspasial, se me acuesta y me dise: “No te lo tomes así, papuchi.” Y yo, que con el rose me pongo incandasente, ya tiene que me abalanso sobre ella disiéndole: “¡Ay, mi cuchicuchi!”, y... Bueno, no le asplico lo damás porque la cosa dajanararía en un verde subido.

MARQUÈS. Ya me lo imagino.

PEP. Que le asaguro que no se lo puede llagart a imaginart.

MARQUÈS. Bueno, pues ya no me lo imagino, pero déjame en paz. Hala, hasta la próxima. (Clic.)

PEP. ¿Sañor marqués? Ha colgado. Que ya se lo imagina, dise. ¡Qué se tiene de imaginart, si cuando yo y la Fransuás nos ponemos al rojo vivo se funden hasta los plomos de la comunidat de vasinos!