8.2.08

DIÀLEGS DE CORTESANS. Grans inundacions


MARQUÈS. ¿José?

SECRETÀRIA. ¿Quién llama?

MARQUÈS. Don Joaquín.

SECRETÀRIA. Ahora no está aquí. Un momento, que voy a ver si lo localizo.

(Tres minuts després.)

PEP. Dígame.

MARQUÈS. ¿Cómo has tardado tanto en ponerte al aparato?

PEP. Aspérese, que voy a mi daspacho. (Un minut després.) Sí, dígame. Ya astoy por ustet.

MARQUÈS. Pero ¿qué significa todo esto?

PEP. Ay, sañor marqués, es que me pasa cada una... He ido al ascusado por una nasasidat y he tanido penas y trabajos por salir con vida: todo el tierra lleno de aguas manores.

MARQUÈS. ¡Con qué cosas me sales!

PEP. Ya me agradaría ver qué diría si se ancontrara ustet con este mojadero.

MARQUÈS. ¿Tan guarra es la gente aquí?

PEP. No es la gente: son ellas. Porque en esta sacsión sólo trabajamos yo y siete sacratarias.

MARQUÈS. Difícil me resulta admitir que una mujer pueda hacer esas porquerías.

PEP. Pues ya puede subir de pies. Y esto que ellas tienen su propio ratrete, con una pamela bien grande dibujada a la puerta. Pues no, tienen de irt al mío y dajármelo todo inundado.

MARQUÈS. Pues, oye, si tienes un lavabo exclusivo para ti, asunto concluido. Para eso están las cerraduras.

PEP. Sí, hombre, nada más faltaría que ampasara a ascampar sarraduras, que todavía se angrascarían más a orinart ansima.


MARQUÈS. ¿Y a qué se debe que te hagan esas trastadas?

PEP. Bueno, yo creo que es una la que me las hase. Es claro que no lo puedo asagurar, pero me parese que es una vangansa de la Jartrudis, que me mira de cola de ojo porque pratandía mi cargo y se ha cadado como sacrataria rasa. Pero es que es una indasensia. Ahora imagínese que por allí sircula un óvalo famanino y me deja ansinto. ¿A quién voy a raclamar daños y prajuisios, yo? Oh, y a mi adat, saría la riota de todo el parsonal.

MARQUÈS. ¿No has tomado ninguna medida disuasoria?

PEP. Dis... ¿qué?

MARQUÈS. Disuasoria: una medida encaminada a evitar que vuelvan a las andadas.

PEP. Hombre, disusorio saría el sistema de patacada catacrío. Pero como que ahora se ha puesto de moda habblar tanto de la violensia de génaro, tienes de ir con pies de plomo a no propasarte.

MARQUÈS. Ni tanto ni tan calvo, José. Hay formas civilizadas de conseguir que la interesada se dé por aludida.

PEP. Ah, esto sí. Mire, yo soy contrario a ansusiar paredes, pero la ves que viene que me lo ancuentre todo lleno de pisaradas, cojo el ratuladort y ascribo: “Pisa, morena, pisa con garbo, que un orinario, que un orinario te voy a hasert.” ¡Qué tantos romanses!

MARQUÈS. A ver si así lo arreglas. Oye, yo te llamaba para cerciorarme de que habéis recibido mis instancias.

PEP. Sí, sí, prasisamente esta mañana las he timbrado.

MARQUÈS. Cuidado con que no se traspapelen, ¿eh?

PEP. No padesca, que yo lo llevo bien.

MARQUÈS. Bueno, ya me mantendrás informado del curso que siguen.

PEP. Con toda puntualidat.

MARQUÈS. Hasta otra, pues. Y que te seques.

PEP. Ya lo puede bien dasirt, ya.